SALUD EXPRÉS
Tu cápsula informativa del mes
¿Porqué soy tan dulce?
El azúcar se ha metido en todos los aspectos de nuestra dieta diaria, desde los dulces con los que nos consentimos hasta productos esenciales, como el pan procesado. Sabemos que mucha azúcar es mala para nosotros. Pero estamos enganchados: el azúcar es algo tan común que es difícil creer que alguna vez no lo fuera.
Descubierta originalmente cuando crecía en forma silvestre en el Pacífico Sur alrededor del siglo VIII a.C., viajeros y comerciantes ayudaron a propagarla por todo el planeta. Durante siglos fue tomada como un símbolo de estatus, demasiado costosa para consumirse en grandes cantidades.
Gran Bretaña tuvo el monopolio del comercio de caña de azúcar por más de un siglo. Durante las guerras napoleónicas de principios del siglo XIX, los británicos bloquearon las rutas comerciales de los franceses en el Caribe, lo que disminuyó significativamente el suministro de este dulce producto en esa nación europea. Ansioso de encontrar una solución, Napoleón invirtió mucho dinero en la producción de la remolacha azucarera, un descubrimiento relativamente nuevo. Francia abrió unas 40 fábricas de azúcar proveniente de la remolacha y el país tuvo su dosis de azúcar garantizada otra vez.
No pasó mucho tiempo antes de que el azúcar proveniente de la remolacha inundara el mercado británico. El precio se desplomó y para 1850 se había convertido en un producto asequible. El público parecía no saciarse nunca. Desde el té azucarado en horas de trabajo hasta las comidas familiares, el azúcar se tornó indispensable. Era una cuestión de '¿acaso tus niños se van a comer ese pedazo de pan seco?' No. Si le pones un poco de mermelada, lograrás que se lo coman.
Excesos: Pero este nuevo placer tenía un precio. "Gran parte del contenido calórico de los pobres en el siglo XIX provenía del azúcar y el problema con eso es que podrían haberlo obtenido de otras fuentes que también contuvieran nutrientes. La malnutrición de esa época era terrible".
Ésta no es la única consecuencia negativa de consumir azúcar en exceso. También está asociado con las caries, la obesidad y la alta presión arterial. Las dos últimas pueden conducir, asimismo, a enfermedades del corazón y a diabetes tipo 2.
Aún así, el azúcar está tan metido en nuestra dieta que parece un hábito difícil de romper. "La gente puede sacar algo de azúcar de su dieta y poco a poco llegar a un punto en el que coman menos dulce, pero seguir disfrutando lo que comen. En cierta forma estarían reprogramando su paladar".
Romper con un paradigma de siglos de sabores azucarados podría requerir mucha fuerza de voluntad. "Reprogramar el paladar puede tomar un par de meses, pero puede lograrse".
EVITA alimentos con alto índice glicémico, como los siguientes:
Valor glicémico: 76
Valor sobre 100
Valor glicémico: 69
Valor sobre 100
Valor glicémico: 84
Valor sobre 100