El valle de los caidos
Rubén Bodas
LA ABADÍA
con la finalidad de realzar más el culto litúrgico en la Basílica, se optó en 1955 por una Orden monástica, decididamente la Orden benedictina, para lo cual se realizó una solicitud a la abadía de Santo Domingo de Silos (Burgos), monasterio de larga tradición y restaurado en 1880 por monjes venidos de Francia de la Congregación de Solesmes.
EL MONUMENTO
La edificación de la Basílica del Valle de los Caídos tuvo lugar entre 1940 y 1958, bajo la dirección de dos arquitectos: Pedro Muguruza hasta 1950 y Diego Méndez desde este año, cuando sustituyó al primero por motivos de enfermedad. La decisión partió del propio Jefe del Estado, Francisco Franco, por unos decretos de abril de 1939 y abril de 1940.
Desde el principio se dispuso que el Estado español, recién salido de una terrible guerra, no invirtiera una sola peseta en su construcción. Para poder financiarlo, se destinaron los fondos sobrantes de la denominada “suscripción nacional”, es decir, las aportaciones materiales voluntarias hechas para financiar al “bando nacional” durante la guerra. Como luego se vio que no era suficiente, desde 1957 se realizaron unos sorteos extraordinarios de “Lotería Nacional” y a ello se añadieron algunos donativos particulares. Tales sorteos se habían celebrado en los años anteriores para la reconstrucción de la Ciudad Universitaria de Madrid, que había quedado arrasada por ser frente de batalla durante los tres años de la guerra.