EÓN ARCAICO
EL COMIENZO Y EL ORIGEN DE LA VIDA
INTRODUCCIÓN
EVOLUCIÓN DE LA CORTEZA TERRESTRE
Centrémonos en el manto magmático. En él se darían zonas con distintas temperaturas. En los puntos calientes del magma las fuertes corrientes convectivas ascendían con más energía y más materia, por lo que sería fácil que en algunas zonas más frías de la superficie se fuera acumulando suficiente cantidad de material como para formar un germen de corteza estable, que progresivamente se iría enfriando con relación a su entorno, favoreciendo su crecimiento que iría así modelando una isla de roca. En estos puntos se formarían grandes cúpulas de materia enraizadas en el manto fundido.
El resto de las corrientes convectivas magmáticas, las que no se habían solidificado, serían desviadas por estas raíces concentrándose en puntos calientes que no permitían su desarrollo y que dieron como resultado una placa litosférica local de menor espesor. Posiblemente este fenómeno magmático se dio en zonas que correspondían a los fondos oceánicos.
APARICIÓN DE LA VIDA
Una definición muy rápida del Arqueozoico podría definirse a partir de los grandes eventos que ocurrieron. Aparecieron las primeras células anaerobias heterótrofas y fotosintéticas (las cianobacterias). Comienzan además las primeras estructuras de origen biológico, los estromatolitos.
También aparecen los primeros continentes con la formación e inicio de las placas tectónicas. Comienza a liberarse oxígeno a la atmósfera. Y a pesar de ser un período caracterizado por la caída de meteoritos, también es el período en el que cesa la gran lluvia que hubo de ellos.
ETAPAS DEL EÓN ARCAICO
DISTRIBUCIÓN ACTUAL DE LAS ROCAS DEL EÓN ARCAICO
Al finalizar el Arcaico la Tierra se habrá convertido en un cuerpo estable con grandes continentes surgiendo de un mar tibio, colonizado desde hacía más de mil millones de años por bacterias fotosintéticas que prepararon el siguiente salto evolutivo de la Vida.
No son muchas las rocas que se conservan de este eón, de gran actividad geológica, que han tenido que sufrir hasta hoy más de 2.500 millones de años de ciclos de erosión y sedimentación, presión y subducción, fusión y vulcanismo, solidificación y plegamiento. Y vuelta a empezar. En realidad, sólo el 0,5% de las tierras de hoy en día corresponden a aquella época.