Mujeres en el Mundo
Marta González
Nasrín Sotudeh, abogada y activista, premio Sajárov 2012.
La sonrisa de Nasrin Sotudeh desborda su cuerpo menudo. Aún no hace tres meses que esta abogada y defensora de los derechos humanos iraní ha recuperado la libertad y da la impresión de disfrutar cada minuto. “Me encuentro muy bien”, asegura mientras se pone el pañuelo para las fotos. Su entusiasmo resulta contagioso y, sin embargo, su situación no está clara. Todavía pesa sobre ella la inhabilitación para ejercer y la prohibición de viajar fuera del país. Los más conservadores quieren incluso impedir que una delegación del Parlamento Europeo se reúna mañana con ella y con el director de cine Jafar Panahí. Han recibido amenazas.
“No tememos reunirnos con los europeos, pero nos quejamos de que se cree este ambiente de miedo”, confía tras una entrevista en su domicilio de Teherán. Sotudeh, de 48 años, admite que la presión no es solo contra ellos sino también contra la política de apertura a Occidente del presidente Hasan Rohaní. Aun así, se declara “llena de esperanza” y no olvida pedir la libertad de todos los presos políticos, incluidos los líderes reformistas, Mir-Hosein Musaví, Mehdi Karrubí y Zahra Rahnavard, bajo arresto domiciliario desde que cuestionaron el triunfo de Mahmud Ahmadineyad en las elecciones de 2009.
Nacidas para pilotar
Cuando se enfundan el mono y se ponen al volante de sus coches descascarillados, las Speed Sisters –las Hermanas de la Velocidad- pulverizan todas las presiones que las atenazan. Relegan las expectativas que su sociedad, la palestina, tiene sobre las “mujeres decentes”; se olvidan de sus familias y sus reticencias a ver a sus hijas “en el papel de un hombre”; y plantan cara, quemando rueda, a la ocupación que les pone por delante más obstáculos que la pista. Hoy son ocho las mujeres que conforman este grupo extraño de corredoras de rallies, el primero totalmente femenino de Oriente Medio. Valientes que desafían las convenciones parapetadas en su pasión por el motor.
Cuatro de ellas -Mara, Noor, Betty y Mona- participan activamente en la temporada de carreras, entre marzo y septiembre, que se desarrolla en Cisjordania y Jordania. Sus rostros ya son habituales en los llamados Speed test, pequeñas competiciones semanales en las principales ciudades palestinas. Betty, incluso, ha logrado situarse entre los diez mejores conductores de la zona, la única en el podio de los hombres. Hasta ha conquistado el patrocinio de Peugeot.
Hoy las Hermanas son protagonistas hasta de una película por estrenar, obra de la documentalista canadiense-libanesa Amber Fares, son celebradas en la Red por Madonna —en su web Art for Freedom, las citó como ejemplo de “una mirada inspiradora” en un contexto político complejo- y empiezan a tener clubs de fans en Palestina e incluso en Israel. Pero sus inicios fueron tortuosos, sombríos. Comenzaron a correr por separado en 2005, entrenando a escondidas de sus familias en la mayoría de ocasiones. Fue corriéndose la voz. “Me fueron dando contactos de otras chicas y descubrí que había más mujeres como yo. Fue emocionante. Nos fuimos uniendo y hoy somos familia, indestructibles”, explica Mara Zahalka, hija de una profesora de autoescuela, que se refugió en los coches tras el cerco a su ciudad, Jenin, en 2004. “La gente estaba triste, nadie tenía un hobby. Para mí, correr es libertad. Con el coche venzo sobre todo”, explica, toqueteando el colgante de su cuello, un volante de carretas hecho en plata.
Las mujeres en España cobran un 16,2% menos que los hombres
Las mujeres en España cobran de media un 16,2% menos que sus colegas varones, según los datos de 2011 publicados este lunes por la Comisión Europea y que colocan a las españolas en línea con la media europea. Bruselas constata en su informe una "débil tendencia a la baja" de esta brecha salarial, porque se ha reducido un 1,1% desde 2008, pero lamenta que las diferencias entre hombres y mujeres se hayan estabilizado.
Ese 16,2% que separa el salario de un hombre del de una mujer no ha variado desde 2010 ni en el caso de España, ni en el de la Unión Europea en su conjunto. En la clasificación por países, los mejores resultados los ofrece Eslovenia, en donde la diferencia salarial es del 2,3%, mientras que los sueldos más desproporcionados entre hombres y mujeres se dan en Estonia (27,3% de diferencia), seguido por Austria (23,7%), Alemania (22,2%) y Reino Unido (20,1%).
La brecha salarial supone que las mujeres europeas trabajan "gratuitamente" unos 59 días al año de media, según denuncia Bruselas, pese a la directiva en materia de Igualdad que existe desde 2006. También implica que solo dos países —Francia y Países Bajos— han trasladado de manera "clara y transparente" estas normas a sus legislaciones nacionales.
La vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding, ha asegurado que "queda mucho por hacer" en materia de igualdad en el trabajo y se ha lamentado de que, para reducir las diferencias salariales, muchas de las medidas se hayan dirigido a "una reducción del sueldo de los hombres, más que a un aumento del de las mujeres". "La igualdad en los salarios entre hombres y mujeres por un mismo trabajo es un principio inscrito en los Tratados europeos desde 1957. Ya es hora de que esta igualdad sea una realidad en el empleo", ha insistido Reding.
El informe que publica Bruselas apunta a que la puesta en marcha de medidas para la igualdad de salarios se ve obstaculizada por "la falta de transparencia de los sistemas de remuneración, la ausencia de criterios claros y la falta de información a los trabajadores".
Una mujer ocupa por primera vez el segundo rango más alto del Pentágono
Desde esta semana, una mujer civil ocupará por primera vez en la historia el segundo rango más alto del Pentágono de Estados Unidos. Christine Fox, experta en el sector de la matemática y la defensa, ha sido nombrada subsecretaria en funciones del Departamento de Defensa por su titular, Chuck Hagel.
El secretario de Defensa destacó en un comunicado que Fox es “una pensadora en defensa brillante y una gestora probada” cuyo nombramiento ha sido respaldado por el presidente norteamericano, Barack Obama. La interina ocupará este cargo de manera temporal hasta que el Senado confirme al sustituto definitivo de Ashton Carter, subsecretario durante los dos últimos años.
Fox, matemática con una larga trayectoria en el Pentágono, también es conocida por haber inspirado el personaje Charlie de la película ‘Top Gun’. En ella, la empleada utiliza su experiencia en matemáticas y astrofísica para entrenar al protagonista, Maverick, interpretado por Tom Cruise.
La experta, sin embargo, habría sido seleccionada por Hagel y Obama por su trabajo en los cuatro últimos años como directora del programa de evaluación de gastos del Pentágono, coincidiendo con el período de tiempo en el que el sector de defensa estadounidense se ha enfrentado a mayores dificultades económicas.
Hagel afirmó este martes que la labor de Fox ha permitido identificar aquellas áreas en las que el Ejército ha podido recortar su presupuesto sin por ello comprometer la seguridad nacional ni sus misiones en el extranjero, entre ellas el fin de las guerras en Irak y Afganistán.
“Fox será capaz de ayudarme a dar forma a nuestras prioridades desde el primer día, ya que conoce las complejidades del presupuesto, programas y operaciones a nivel mejor que nadie”, añadió Hagel. “Como líder del programa ha contribuido a identificar los desafíos y oportunidades para reformar el departamento durante este período de incertidumbre sin precedentes”.
En la actualidad, Fox también trabaja como asesora del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, cargo que ocupó este verano después de tres décadas en el Centro de Análisis Navales del gobierno estadounidense.
Un avance en la igualdad de género
La existencia de anticonceptivos masculinos reversibles y de efecto prolongado, como la píldora masculina, es una cuestión de “justicia social”. Es la opinión que la profesora del Albany Medical College de Estados Unidos, Lisa Campo-Engelstein, expresaba en un artículo publicado en 2012 en la revista American Medical Association Journal of Ethics. Según la profesora de ética reproductiva, las mujeres “soportan la mayor parte de la responsabilidad en la contracepción y las cargas que conlleva” y la situación es “más problemática que en el pasado porque las injusticias están a menudo escondidas por la retórica dominante de la igualdad y el empoderamiento de las mujeres”. El anticonceptivo oral sería, así, una forma de equilibrar las relaciones de género.
Es lo mismo que opina Filomena Ruggiero, de la asociación Genera, dedicada a la igualdad de género y el desarrollo. “Sería un avance en la igualdad”, dice Ruggiero, ya que ayudaría a compartir los costes (en salud, psicológicos y económicos) de la contracepción. Sin embargo, su utilización requeriría un elevado grado de “confianza” en la pareja. “Las mujeres pueden no tener la seguridad de que el hombre se esté tomando la píldora, pero los efectos (el embarazo) recaen sobre ellas”.
Algunas organizaciones feministas ponen en duda que la píldora masculina pudiera cambiar el panorama de las relaciones. Es el caso de Lucía Masarrasa, del Forum de Política Feminista. “En principio, es bienvenida. La cuestión es si los hombres la usarían o no”, plantea Masarrasa. La activista cree que, en este caso, la igualdad sería el prerrequisito para que el anticonceptivo oral funcionase y se implantase en la sociedad. “Si los hombres tienen una perspectiva igualitaria, serán proclives a usarla. Pero si no, lo veo difícil”, mantiene Masarrasa. Los hombres que ya son reacios a usar el preservativo no abrazarían un método que requiere más planificación e involucramiento.
“Como posibilidad científica es positiva, pero otra cosa son las condiciones necesarias para normalizar su uso”, dice Luis Enrique Sánchez, presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal, que integra distintas asociaciones por los derechos sexuales y reproductivos. “Requeriría un cambio cultural convencer a los hombres para que adopten una nueva pauta”, dice.
Josune Aguinaga, profesora de Sociología de la UNED, cree que la aparición de la píldora masculina no tendría grandes repercusiones. “El preservativo es el principal método anticonceptivo en España. Los hombres ya se han responsabilizado en buena medida”, argumenta. Un 80% de la población que mantiene relaciones sexuales utiliza métodos anticonceptivos seguros en España, de los cuales el 60% emplean el preservativo, según datos referidos por la Federación de Planificación Familiar. Por ello, Aguinaga cree que el antincnceptivo oral aumentaría las posibilidades de elección, pero no implicaría un gran cambio social.
Por qué ellos se orientan mejor y ellas tienen más memoria
Los estudios psicológicos muestran de forma consistente ciertas diferencias en el comportamiento de los dos sexos: los hombres muestran en promedio más habilidades motoras y de percepción espacial, y las mujeres puntúan mejor en el conocimiento social y la memoria. Los neurocientíficos de la Universidad de Pensilvania creen haber hallado la clave neurológica de esas diferencias. Según su investigación con casi un millar de jóvenes, la conectividad entre distintas partes del cerebro se desarrolla de manera diferente en los dos sexos. En las mujeres predominan las conexiones entre los dos hemisferios cerebrales, y en los hombres prevalecen las interiores de cada hemisferio. Curiosamente, ese patrón se invierte en el cerebelo, una estructura implicada en la coordinación de movimientos y el aprendizaje de procedimientos.
Los investigadores piensan que esas diferencias de conectividad subyacen a los patrones de comportamiento previamente detectados por los psicólogos. “Nuestros resultados”, dicen Madura Ingalhalikar y sus colegas de Pensilvania, “indican que el cerebro masculino está estructurado para facilitar la conectividad entre percepción y acción coordinada, mientras que el femenino facilita la comunicación entre el modo de procesamiento analítico y el intuitivo”. Publican el trabajo en la revista científica
La interpretación de los autores requiere alguna explicación adicional. Dentro de cada hemisferio, el cerebro está dividido en módulos, como los encargados de la percepción visual (situados cerca de la nuca) y los que mandan las órdenes a los músculos para ejecutar movimientos (localizados más o menos por encima de las orejas). Por eso una mayor conectividad dentro de cada hemisferio implica una mayor coordinación entre percepción visual y control motor.
Por otro lado, un hemisferio no es una copia exacta del otro. A grandes trazos, el hemisferio izquierdo aloja nuestra parte más racional, incluido el lenguaje y el intérprete o narrador que da sentido a nuestra vida; el hemisferio derecho, por el contrario, se ocupa de nuestra parte más intuitiva. De ahí que los autores interpreten la alta conectividad entre hemisferios en las mujeres como una mayor coordinación entre el pensamiento analítico y el intuitivo.
El lector ya estará familiarizado con el término genoma, e incluso con sus secuelas proteoma y metaboloma. La terminación –oma quiere resaltar una ambición de totalidad: la investigación simultánea de todos les genes, de todas las proteínas o de todos los metabolitos. Los estudiosos del cerebro hablan ahora del conectoma con el mismo espíritu de globalidad. Ingalhalikar y sus colegas han estudiado el conectoma (todas las conexiones del cerebro) de 949 personas entre 8 y 22 años de edad (521 chicas y 428 chicos).
Un dato importante es que las diferencias de conectividad entre los dos sexos son muy escasas antes de los 13 años; es a partir de los 14 cuando empiezan a pronunciarse. Aunque no hay datos directos, esa distribución de edad hace probable que las tormentas de hormonas sexuales que se disparan en la adolescencia estén implicadas en el fenómeno.
El gran error de la sumisión femenina
El arzobispo de Granada ha demostrado ser una de las mentes más audaces del cristianismo y ha tenido además la generosidad de hacer público su gran descubrimiento: que el secreto de la Iglesia católica (como el de todas las instituciones muy jerarquizadas) es la portentosa habilidad con que sabe manejar la fuerza erótica de la sumisión.
La importancia del tema rebasa el ámbito religioso: ya en el Discurso sobre la servidumbre voluntaria (1576) señaló La Boétie que lo malo no es que las masas se resignen a obedecer, sino que les encante someterse a la obediencia. Pero las consecuencias políticas de ello están relacionadas con otro plano: el de las conductas personales íntimas, en las que esas relaciones dominante-sumiso, según como se manejen, pueden causar el más cruel de los sufrimientos o el más voluptuoso de los placeres. Foucault exploró bastante el tema y fue precisamente en su investigación empírica sobre el segundo plano donde tuvo el “accidente laboral” que acabó con su vida.
Si solo conociésemos el título del librillo publicado en la editorial del arzobispo (Cásate y sé sumisa. Experiencia radical para mujeres sin miedo) probablemente pensaríamos que es una más entre las tropecientas imitaciones de Cincuenta sombras de Grey que inundan las librerías. Una rápida lectura de Cásate y sé sumisa (su texto, pedestre y repetitivo, no invita precisamente a una lectura detenida) deja claro que ambos libros son de ínfima calidad, pero muy significativos: han empezado a mostrar a las masas (sin asustarlas demasiado) el vínculo profundo que une a las instituciones autoritarias (como los colegios tradicionales, los cuarteles y las iglesias) con los placeres íntimos basados en el juego de la dominación-sumisión.
Cincuenta sombras de Grey es una novela de Corín Tellado con sal y pimienta para lectoras desinhibidas. Cásate y sé sumisa es un sermón católico disfrazado de best-seller americano y trufado de chistecitos caseros sobre pañales y galletas de chocolate. Pero ambos bodrios plantean en el fondo (sin que sus autoras lo adviertan, aunque sus lectoras lo intuyan) un asunto radical que apunta al núcleo mismo de la naturaleza humana: cómo la sumisión se transforma en fascinación, cómo el dolor cambia a placer, cómo la humillación se convierte en excitación.
Valencia acoge el I Congreso de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género
La fundación Ana Bella ha organizado en Valencia el I Congreso Internacional de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género. Cerca de 100 mujeres de diferentes países participarán en unas jornadas cuyo principal objetivo es crear conciencia de que las mujeres que han sido maltratadas "no son parte del problema sino parte de la solución". Este miércoles, la consejera de Asuntos Sociales, Asunción Sánchez Zaplana, ha inaugurado el congreso de dos días que finaliza mañana en Valencia.
"Por primera vez las mujeres que hemos sido maltratadas somos noticia, no porque hemos muerto, sino porque estamos cambiando el mundo", dice Ana Bella, presidenta de la fundación homónima que organiza el congreso. En las jornadas participarán 11 asociaciones de mujeres maltratadas de 9 provincias españolas.
Durante este miércoles han tenido lugar varias charlas, talleres y dinámicas de presentación de las participantes en el congreso a puerta cerrada. Con el nombre "Las mujeres supervivientes podemos ser agentes de cambio social", la presidenta de la fundación ha dado una charla a las mujeres.
Este jueves, el congreso tendrá un día de puertas abiertas al que podrán asistir quienes estén interesados. Durante la jornada, se presentará la Red de Asociaciones de Mujeres Supervivientes y se firmará una petición a la Delegación de Gobierno y otras entidades nacionales e internacionales para que en las leyes de protección a las víctimas y en las medidas reguladoras se sustituya el término "víctima" por el de "superviviente".
La jornada contará con las ponencias de la Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Mercedes Filosía; la consejera de Asuntos Sociales, Asunción Sánchez Zaplana y la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Valencia, Ana Albert.
Entre costuras y recortes
También entonces como ahora, las peripecias de Sira Quiroga nos retrotraen a una época no tan lejana que millones de españoles reconocen todavía. Porque Sira tiene muchas cosas en común con esos cientos de miles de madres, abuelas y suegras que conocieron aquella terrible contienda o que la sufrieron en los años inmediatamente posteriores. A ninguna de ellas les es ajena la costura ni tampoco todas las limitaciones que soportaron, independientemente del bando bélico que les tocara sufrir; limitaciones por el hecho de ser mujeres.
La vida real de la mayoría de las mujeres de esa generación y la siguiente fue mucho menos rutilante que la de Sira Quiroga. Tampoco el desenlace real de sus vidas, tan dichoso. Entre otras cosas, porque acabada la contienda el franquismo sepultó definitivamente el arrojo de esas mujeres y su capacidad de iniciativa. La sociedad imperante salida de la Guerra Civil exigía a las mujeres ser buenas madres y esposas [recuerden los premios de natalidad], desalentando a todas las que pretendieran un empleo remunerado. Como es bien sabido, necesitaban el permiso del marido para abrir una cuenta corriente o poseer pasaporte, imposiciones estas que se parecen demasiado a las medidas cautelares que toman hoy los jueces contra los delincuentes.
Es menos conocido que sobre las que lograban un trabajo remunerado no había un techo de cristal, sino una losa de cemento escrita a fuego en los estatutos de las compañías. Un ejemplo quizá poco sabido: tres grandes empresas públicas españolas, el Banco de España, Renfe y Telefónica, impedían a las empleadas acceder a determinados puestos directivos y, al menos en Renfe, no se permitía mantener el puesto de trabajo a la que se casase. El matrimonio suponía para ellas la dependencia, por decreto, de sus maridos. Algunas atrevidas optaron por evitar el matrimonio y vivir con sus parejas, afrontando el estigma que ello conllevaba. El franquismo acometió crueles depuraciones contra todo aquel colectivo sospechoso de ser fiel a la República, pero nunca se ha valorado lo suficiente la depuración que sufrieron las mujeres en razón de su sexo.
Recién llegada la democracia fueron muchos los colectivos que pleitearon para recuperar sus empleos. Y lo consiguieron. Pero sus carreras profesionales ya habían quedado estancadas y hubo muchas que nunca se atrevieron a volver después de tanto tiempo ajenas al mercado laboral.
Unas y otras quedaron, en cualquier caso, condenadas para siempre. Así lo demuestran los datos actuales. Porque aquellas generaciones de “mujeres recortadas”, como las bautizara la escritora Ana María Matute, han envejecido y apenas si pueden, en su mayoría, mantenerse por sí mismas. Los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social son elocuentes. La nómina media de una pensión masculina asciende hoy a 1.069,48 euros. La femenina, a 660,64. Las pocas que mantuvieron su empleo siempre ganaron menos que los hombres (como ahora, por otra parte), debido a múltiples factores, entre ellos el de una menor educación dadas las circunstancias de la época. Pero la diferencia de pensión no estriba solo en que sean más las que perciben una pensión no contributiva. La pensión media en el régimen general de ellas es de 735,62 euros. La de ellos, de 1.161 euros.
En España hay 3,5 millones de mujeres de más de 70 años (y 2,4 millones de hombres). Sobreviven con 660 euros al mes, a pesar de lo cual tienen que pagar parte de sus medicamentos y el Gobierno, siguiendo los consejos de un grupo de sabios varones en su mayoría, ha ideado un plan para que los ingresos de los pensionistas evolucionen siempre a la baja. Tampoco tienen fáciles las ayudas públicas por dependencia en caso de necesitarlas. Los recortes han dejado en lista de espera a 200.000 personas.
La sociedad española está en deuda con esas mujeres (lo que no excluye a muchos hombres), pero los dirigentes de Bruselas y Madrid les exigen aún más sacrificios. La suerte de tales políticos es que, como la Sira Quiroga de María Dueñas, esas mujeres están acostumbradas a sufrir calladamente tanta calamidad.