Reanimación Cardio-Pulmonar
Primeros Auxilios
Información básica sobre la afección:
Protocolo de Actuación
Aproximación al Paciente
Debemos valorar las posibilidades de actuación antes de realizar la intervención.
Comprobar consciencia
- Si la persona reacciona hemos de dejarla en su posición, comprobar periódicamente su estado y, si es necesario, pedir ayuda. Sin embargo finalizaría aquí nuestra intervención.
- Si la persona no denota signos de estar consciente, hemos de pedir ayuda y acto seguido, abrir las vías aéreas.
Abrir las vías aéreas
- Si la persona ha recibido un golpe o impacto, debemos fijar la frente y erguír la mandíbula.
- Si no lo ha hecho debemos dirigir la barbilla hacia atrás.
A continuación se retiran obstrucciones visibles.
Comprobar respiración
Mientras, se debe efectuar una llamada a un centro médico.
- Si respira debemos colocarlo aún tumbado sobre uno de sus costados y, su brazo, manteniendo una pierna flexionada. Tras pedir ayuda, podríamos concluir con la labor.
- De hallarnos ante una parada respiratoria debemos realizar una ventilación de dos insuflaciones efectivas, de forma suave y mantenida.
De ser la parada resultado de un atragantamiento, el paciente puede toser de forma natural o debemos provocarla mediante la maniobra de Heimlich.
Con esta presionaremos cuatro dedos por encima del ombligo del paciente y de hallarse este inconsciente, lo situaríamos sobre el suelo con la cabeza hacia un lado y la boca abierta, sujetando su muñeca.
Comprobación circular
- Si no tiene pulso, se realiza un masaje cardíaco (o compresiones torácicas) para facilitar la oxigenación de la sangre dirigida al cerebro.
La víctima ha de encontrarse sobre una superficie rígida, y las manos han de colocarse como observamos en la fotografía.
Así hemos de realizar 30 compresiones cada dos ventilaciones, hundiendo el esternón de cuatro a cinco centímetros.
El sujeto tiene muchas posibilidades de fallecer si, pasados diez minutos, no ha mostrado indicios de respuesta.