LA MANTIS RELIGIOSA
Nutrición, relación y reproducción
Nutrición
Para su alimentación la mantis, como depredadora, prefiere animales vivos. Caza una gran variedad de insectos, ranas, ratones pequeños, arañas, colibríes...
Caza al acecho, primero, localiza a su presa con ayuda de su visión aguzada y calcula la distancia, la velocidad y la dirección necesarias para capturar su alimento. Después sus patas delanteras sujetan a la víctima y la mantis comienza a alimentarse de ella. Las presas pueden ser devoradas en parte o en su totalidad, y dejan únicamente como restos patas o alas, que la mantis escrupulosamente deja caer al suelo.
Reproducción
La mantis es solitaria, pero una vez al año es el único momento en el que los machos y hembras se reúnen para aparearse. Para ello, el macho tiene que persuadir a la hembra para que se aparee con él y a su vez la hembra segrega feromonas, con lo que atrae al macho.
En el apareamiento, en primer lugar el macho rodea a la hembra hasta saltar a su dorso y poner en contacto sus antenas con las de la hembra. A continuación, el macho pone en contacto sus estructuras genitales con las de la hembra y deposita el espermatóforo en el interior de la hembra. La cópula dura unas dos horas. Durante este periodo las hembras se vuelven muy agresivas y, en ocasiones, acaban por comerse a su compañero después del apareamiento, empezando por la cabeza. Este comportamiento está bastante mitificado, ya que, solo sucede en cautiverio pero es raro que pase en libertad.
La puesta de los huevos se hace en otoño y los huevos eclosionan en primavera.
La hembra pone aproximadamente de 100 a 300 huevos en una espuma blanca llamada ooteca, encima de alguna hoja o rama. La espuma se endurece pronto y protege los huevos hasta que se abren. Pero sólo unos pocos sobreviven ya que entre ellos hay canibalismo juvenil y perecen los que tardan en escapar de sus hermanos, disminuyendo la tasa de supervivencia.
Relación
Las principales amenazas para la mantis religiosa son las aves y otros animales que se alimentan de ellas. Pese a ello su población mundial no se encuentra en peligro. Es una especie apreciada por los humanos puesto que acaba con insectos dañinos para los cultivos y para la vida doméstica.
La mantis religiosa es una especie diurna, solitaria y sumamente diestra para tender emboscadas a los depredadores. Se ayuda de su coloración y su inmovilidad para pasar desapercibida entre las plantas.