QUIEN A DIOS TIENE, NADA LE FALTA
EL AMOR A DIOS
ÍNDICE
- El amor a Dios
- ¿Qué es la ascética y la mística?
- Fray Luis de León
- San Juan de la Cruz
- Santa Teresa de Jesús
EL AMOR A DIOS
Durante el Renacimiento el amor se hace un tema presente en la mayoría de expresiones culturales. La transición de la Edad Media a la Edad Moderna da como resultado también el abandono progresivo de Dios como centro de todo y se comienza a pensar de manera ''antropocentrista''. Por ello el amor suele ir referido a una amada idealizada o básicamente el amor entre un hombre y una mujer, es decir, es un amor profano. Pero a pesar de esta transición numerosos artistas siguen escribiendo para Dios y le dedican obras que se han convertido en las más importantes y destacables.
A continuación, os presentaremos a tres autores literarios españoles que se han convertido en iconos de la literatura religiosa española
La ascética y la mística
La mística se define como la unión del alma con un ser trascendental (en este caso Dios), que en la Europa del Renacimiento se pudo ver en la rama de la ascética. En esa corriente destacan San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila.
La ascética es una corriente filosófico-religiosa que consiste en la negación absoluta de los placeres materiales para obtener la purificación del alma. Fray Luis de León es uno de sus representantesEn el cristianismo se encuentran las llamadas "vías" (purgativa, iluminativa y unitiva) por las cuales se puede conseguir este objetivo:
- La vía purgativa es, según San Juan de la Cruz, la vía de la penitencia en donde el alma se libera de todos sus pecados.
- La vía iluminativa viene a continuación, donde el alma ya está limpia y tiene que evitar las tentaciones del demonio.
- Si se consigue, se llega a la última vía, la vía unitiva, donde el alma se une con Dios para ser recompensado con una vida eterna llena de felicidad y sabiduría infinitas.
Fray Luis de León
En marzo de 1572 fue detenido por la Inquisición y encarcelado en los calabozos de Valladolid. Los cargos que había contra él tenían que ver con su predilección por la Biblia hebraica en lugar de la Vulgata y la traducción al castellano que había realizado del libro del Cantar de los Cantares; todo ocurrido en una época en la que en España se vive una auténtica caza de brujas ante las temidas desviaciones de los protestantes y otros grupos heréticos.
Durante cinco años fray Luis permanece aislado en una celda de la Inquisición sin saber quién le acusa y, durante algún tiempo, de qué se le acusa. No obstante, será en la cárcel donde escribirá algunos de sus mejores y más famosos poemas, llamadas odas.
Sin embargo, en 1576 sale libre del proceso con mejor vigor y energía, si bien su salud no. Famosa se ha hecho la frase de su vuelta a la cátedra de Salamanca con aquel: 'Decíamos ayer...' que indica su triunfo interior contra la maldad de sus enemigos.
Tras obtener la cátedra de Sagrada Escritura en 1580 y ser elegido provincial de su orden en Castilla muere en Madrigal de las Altas Torres. La labor de traducción bíblica de fray Luis se centra en el Cantar de los Cantares, pero también en algunos Salmos. Aquí es donde se aprecia el alma a la vez poética y espiritual de fray Luis, que es un enamorado de la Sagrada Escritura y de la poesía.
SAN JUAN DE LA CRUZ
A los 17 años, ingresa en un colegio de jesuitas para estudiar humanidades.
El año 1563 toma los hábitos de la orden religiosa Carmelita, adoptando el nuevo nombre de fray Juan de san Matías; al año siguiente se traslada a Salamanca para cursar estudios de teología en su célebre universidad. En el año 1567 es ordenado sacerdote, y adopta el nuevo y definitivo nombre de Juan de la Cruz. Su ilustre paisana de Ávila, Teresa de Jesús, trabó gran amistad con él y le integró en el movimiento de la reforma carmelita que ella había iniciado.
En 1568 Juan de la Cruz fundó el primer convento de Carmelitas Descalzos, los cuales practicaban a ultranza la contemplación y la austeridad. Unos años después, 1577, sus intentos reformistas de las órdenes monásticas, le llevaron a sufrir 9 meses de dura prisión en un convento de Toledo. De su cautiverio en aquella cárcel-convento de Toledo, nace la composición de su obra cumbre: "Cántico espiritual". En otras poesías se puede llegar a entrever en lenguaje subliminal, el relato que hace de su astuta y sorprendente huida en la madrugada del 15 de agosto de 1578, estando la fortaleza sobre un peligroso acantilado sobre el Tajo profundo que ciñe a Toledo.
Para huir de la prisión conventual toledana, contó con las influencias que ejerció su paisana Teresa de Jesús, ante la duquesa de Alba. Con su huida dio en refugiarse en un convento de Jaén y continuó con la reforma carmelitana, fundando varios conventos por Andalucía.
Cuando por fin es excarcelado y se dispone a cumplir con el traslado que se le impone a América, el 14 de diciembre de 1591, muere a la edad de 49 años.
135 años después, es elevado a la categoría de santo, por la iglesia católica.
SANTA TERESA DE JESÚS
Santa Teresa de Jesús, también conocida como Teresa de Ávila, nació el 28 de marzo de 1515 en Ávila.
Desde sus más tempranos años empieza a sentir mística exaltación. A los 7 años escapa de su casa con su hermano en busca de martirio. Cuando cuenta con 12 años fallece su madre, lo que le afectó profundamente y pareció decidir su vocación religiosa. A los 16 años ingresa en el convento de Santa María de Gracia, obligada por su padre alarmado por sus malas compañías.
A los 19 años profesó en el convento de la Encarnación en Ávila. Cae gravemente enferma poco después y en 1537 sufre un ataque de parasismo y estuvo dos años paralítica.
Ya sana, su fe se debilita, ella cree que la causa de su frialdad religiosa proviene de su frecuente trato con seglares, y decide reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas descalzas y enclaustradas.
Su ideal de reforma de la orden se concretó en 1562 con la fundación del convento de San José. Se inicia entonces una nueva etapa en su vida, en la que la dedicación a la contemplación y la oración es compartida con una actividad extraordinaria para conseguir el triunfo de la reforma carmelitana.
"El libro de la vida" es el primero que escribe Santa Teresa de Jesús, el más espontáneo y fresco, fiel reflejo de su personalidad y su experiencia humana y sobrenatural.
Su vida marcó una época, porque, en un mundo dominado por los hombres, defendió el derecho de las mujeres a desarrollar su propia personalidad.
Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622, y nombrada doctora de la Iglesia Universal por Pablo VI en 1970.