Árboles de todo tipo
Por Clara Márquez Grande
El olmo
El cerezo
El cerezo dulce, originario del mar Negro y del mar Caspio, fue uno de los frutales más apreciados por los griegos y con el Imperio Romano se extendió a regiones muy diversas.
Hoy en día, el cerezo se encuentra presente en casi todos los países del mundo con clima templado. Pertenece a la familia Rosaceae, el género Prunas y la especie comercial se denomina Prunus avium.
Es un árbol caducifolio que puede alcanzar los 25 m de altura, con la corteza lisa, anillada y de color marrón rojizo. Ramifica muy poco y por lo tanto tiende a un desarrollo muy fuerte que si no se controla condicionará por su volumen los tratamientos fitosanitarios, la recolección y cualquier técnica que requiera el acceso a la planta.
Sus hojas son simples de unos 7 a 12 centímetros de longitud por unos 3 a 5 de anchura. Al caer las hojas adquieren una tonalidad rojizo-anaranjada muy decorativa.
Sus flores son blancas de 2 a 3 centímetros de diámetro con cinco pétalos que aparecen antes o al tiempo que las hojas. Una vez cuajado, su fruto es una drupa de color rojo negruzco, globosas o con figura de corazón. El hueso es globoso, casi liso.
El chopo
Árboles o arbolillos, de hojas simples, alternas y caedizas, habitualmente anchas y de bordes enteros, aserrados, dentados, lobulados o festoneados. Sus yemas están cubiertas por escamas. El perciolo es largo y glanduloso, con frecuencia aparece comprimido lateralmente, lo que confiere gran movilidad a la hoja.
El fruto tiene forma de cápsula, lampiño, dehiscente , de color verdoso que se torna pardo al madurar. Libera numerosas semillas pequeñas provistas vilano blanco, lo que les confiere aspectos de copos de algodón.
Son especies de luz y de temperamento robusto. Suelen mostrar gran avidez hacia el agua, por lo que es frecuente encontrarlos a la vera de corrientes de agua superficiales o delatando cursos subterráneos. De crecimiento rápido, pueden alcanzar grandes tallas. Sus necesidades en cuanto a nutrientes son elevados.