La GaZ de la Mente
Revista de Sensibilización y Divulgación de Salud Mental
Servicios Sociales (Ayto. de Manzanares) GAM Salud Mental
En tiempos de Homero se creía que la enfermedad mental era obra
de los dioses. Sin embargo, siglos más tarde, el médico griego
Hipócrates fue el primero en considerar que solo puede existir una
“mens sana” en un “corpore sano”, pues creía que la salud física influía
en gran manera en la mental. Hasta que en el siglo XIX se produjo el
definitivo despegue de la psiquiatría como ciencia, cuando los
médicos se acercaron a quienes se comportaban de manera extraña
e incomprensible tratando de explicar científicamente esas
conductas.
Actualmente la enfermedad mental convive envuelta entre el estigma,
el reduccionismo y el desconocimiento generalizado. El estigma social
es una carga de sufrimiento que incrementa innecesariamente los
problemas de la enfermedad y constituye uno de los principales
obstáculos para el éxito del tratamiento y de la recuperación.
El silencio que la rodea, convertido en tabú, ha mantenido el
estereotipo, que es una idea o imagen aceptada de común acuerdo
por la sociedad. La reiteración de esos estereotipos ha creado
prejuicios, que se ven reflejados en pensamientos y actitudes
arbitrarias respecto de la enfermedad o las personas que la padecen.
Tratar a la persona con enfermedad mental exclusivamente según su
enfermedad, reducirla a esa etiqueta diagnóstica, nos priva de un sin
fin de oportunidades de propio conocimiento y oportunidades de
interacción con el otro.
Os propongo tratar la salud mental como un conjunto de soluciones
sociales, de todos, para todos. Os invito a tomar contacto con el
"Otro" concebido positivamente, con cada una de sus dimensiones,
más allá de un diagnóstico, tomar contacto para comprenderlo. Me
gustaría acompañaros en este viaje humano, pues volviendo a los
clásicos, y citando a Heródoto, otro ilustre viajero “No estamos solos.
Tenemos vecinos y éstos, a su vez, tienen los suyos y así
sucesivamente, y todos juntos poblamos un mismo planeta.”
Es necesario y urgente crear una conciencia social sobre estas
enfermedades. Progresar hacia su humanización, desterrar las
etiquetas. Es hora de reivindicar al individuo como portador de
derechos, independientemente de su enfermedad.