La gratitud es una forma poderosa de cambiar tu forma de pensar: por un lado, la taza puede estar medio vacía. Por otro lado, puede estar medio lleno. Todo depende de tu perspectiva y la perspectiva de la gratitud siempre permitirá que una persona vea lo que es bueno o incluso excelente en su situación.

Por lo tanto, es vital enseñar a los niños desde temprana edad el poder de la gratitud en sus propias vidas, tanto como actitud mental como motivador emocional para seguir adelante.

Aquí hay 3 maneras para que usted comience...

1. Ayude a sus hijos a notar y estar agradecidos por todas las cosas divertidas que la vida tiene para ofrecer, señalándoles activamente las maravillas que los rodean de manera regular. Concéntrese en la naturaleza y ayude a los niños a ver la belleza que los rodea a diario, desde el canto de los pájaros y los árboles hasta las imponentes montañas y ríos de su país.

2. Agradezca a sus hijos cuando hagan algo amable o bueno. Sea lo que sea, cuando sea su idea hacer algo por los demás, muestra gratitud por ello. De vez en cuando, dale un abrazo gratuito y un "Gracias por ser tú. Te quiero mucho".

3. Escuche la risa de los niños y el parloteo de los bebés. Coméntelo con frecuencia para que a sus hijos les resulte perfectamente normal buscar los sonidos humanos felices y hermosos y buscar activamente la risa. Al comentar sobre emociones tan positivas en humanos de su misma edad, se les alentará a ver esto como una norma esperada. Al sacar lo mejor de nuestros hijos, solo podemos imaginar las bendiciones que podrían traer. Cualquier cosa que valga la pena requiere mucho tiempo y esfuerzo. Depende de todos nosotros hacer que suceda