REALISMO NORTEAMERICANO
Alberto y Marta
CONCEPTO DE REALISMO NORTEAMERICANO
Es una corriente estética que causó una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales...
El realismo en el teatro presenta un lenguaje cotidiano y familiar y sus personajes poseen una psicología de seres comunes; sus acciones son iguales a las acciones de la gente real. Representadas sobre el escenario tienen que convencer al público de que la acción que desarrollan podría darse en la vida.
Teatralmente, estas obras tienen dos importantes retos; una es alcanzar la elevación de espíritu y expresión, y otra conseguir el efecto dramático sin perder la naturalidad.
Los vestuarios y escenografías, fieles a la realidad, y el escenario de “medio cajón” hace que proporcione esta sensación ilusoria de estar contemplando algo que sucede realmente.
Carasterísticas del teatro realista
• La presentación objetiva de la realidad. El principal recurso de los dramaturgos es:
la observación directa de las costumbres o caracteres psicológicos.
• Temas cercanos al espectador: defensa de ideales, conflictos matrimoniales...
• Se emplea un lenguaje coloquial, que sitúa a los personajes en su ambiente real.
HISTORIA
En Noruega, nace uno de los más grandes dramaturgos de esta segunda mitad del siglo XIX, Henrik Ibsen, al que se considera la gran representación del teatro realista moderno. La obra de Ibsen se ajusta el concepto de la “obra bien hecha”, aquella en la que las estructuras encajan perfectamente, con una tensión dramática y una distribución siempre equilibrada de fuerzas psicológicas.
La obra maestra de Ibsen es Casa de muñecas, que es un alegato a favor de la liberación de la mujer, lo que creó un gran escándalo y revuelo social. Sin esta obra sería inconcebible el desarrollo del teatro en el siglo XX.
En Rusia, el Realismo se convirtió en teatro psicológico con la obra de Antón Chejov.
Otros realistas cuya obra también está ligada a este teatro son Tolstoi y Máximo Gorki.
A mediados del siglo XIX, en Europa aparece un movimiento cultural que pretendía acabar con las tendencias implantadas por el romanticismo. Se trataba de una reacción frente al “arte por el arte”, por el cansancio producido por lo imaginativo y pintoresco. Pretendía observar objetivamente a las personas y la sociedad.
Estas influencias se hicieron notar en el teatro español a principios del siglo XX. Las obras de carácter exótico y las de aventuras dieron paso a la creación de obras dramáticas que representaban los valores e inquietudes de la burguesía emergente.
Alguno de los principales dramaturgos que se destacan en esta época fueron José Echegaray; sus obras se caracterizaron por plantear un caso de conciencia, un problema ideológico. Entre sus obras más destacadas se encuentran: “El loco Dios”, “Mancha que limpia” etc...
Benito Pérez Galdós puede ser considerado uno de los autores más representativos del panorama teatral de ese momento. Su teatro destacó por su sinceridad e inconformismo. Sus obras más representativas son: “La loca de la casa”, “Electra”, entre otras.
La obra de Jacinto Benavente acabó con el tono melodramático, grandilocuente y declamatorio que imperaba. Con “Los intereses creados” (1907) se inició lo que se conoció como realismo moderno.
En Inglaterra, en la década de los años 1890, aparecen dos dramaturgos realistas de importancia.
Oscar Wilde que cautivó al público londinense con sus comedias de alta sociedad, llenas de ironía, en las que se representaba un lenguaje cínico y elegante; escribió cuatro comedias cuya culminación fue “La importancia de llamarse Ernesto”.
Un poco después, unos años antes de la Primera Guerra Mundial, aparece George Bernard Shaw, un autor que cosecha grandes éxitos con comedias de fino humor, como “Casa de Viudos”. Su obra culminante fue “Cándida”.
TEATRO REALISTA AMERICANO
Hay noticias de que los indios nativos ya representaban obras dramáticas en los territorios de lo que hoy son México, Canadá y los EE UU, y de que también se representaron obras y autos sacramentales por misioneros en México, lo cierto es que se tiene como primera obra producida en Norteamérica una comedia de aventuras de Marcos Farfán de los Godos.
El primer teatro estable y permanente no llegó hasta 1767, en Filadelfia, donde David Douglass produjo The Prince of Phartia, de Godfrey, la primera obra escrita y presentada en Norteamérica por actores profesionales. El teatro no casaba bien con los puritanos principios de los primeros pioneros, que lo tenían como un arte licencioso.
En los EE UU el teatro es el género literario que más tardó en lograr su autonomía respecto a la literatura europea y en alcanzar verdaderas cumbres de calidad. Esto ocurre en la primera mitad del siglo XX con tres dramaturgos realistas (Eugene O’Neill, Tennesse Williams y Arthur Miller)
EUGENE O´NEILL
Más que cualquier otro dramaturgo, O'Neill introdujo un realismo dramático que ya habían iniciado por ejemplo Henrik Ibsen en el teatro estadounidense. En general, sus obras cuentan con personajes que viven en los márgenes de la sociedad y que luchan por mantener sus esperanzas y aspiraciones, aunque suelen acabar desilusionados y cayendo en la desesperación.
A pesar de que Eugene O'Neill nació en la habitación de un hotel de Broadway, en Nueva York, su infancia está íntimamente unida a New London en Connecticut. Debido a la profesión de su padre, pasó sus primeros años entre bastidores en los teatros y en los trenes en los que la familia se desplazaba de un lugar a otro.
La primera representación de una obra de O'Neill, Más allá del horizonte, en Broadway en 1920, fue un éxito absoluto y le valió a O'Neill obtener el Premio Pulitzer. Sus obras más conocidas son Deseo bajo los olmos, Extraño interludio, con la que ganó el Pulitzer por tercera vez, El gran Dios Brown, en donde un poeta y un racionalista se enfrentan, y su única comedia, Tierras vírgenes, una melancólica reescritura de la infancia que habría deseado tener.
TENNESSEE WILLIAMS
A principios de los años 1930, Williams estudió en la Universidad de Missouri-Columbia, donde fue miembro de la fraternidad "Alpha Tau Omega". Allí fue donde sus compañeros de fraternidad lo apodaron Tennessee, por su rico acento sureño. En 1935, Williams escribió su primera obra interpretada públicamente: Cairo, Shanghai, Bombay, representada por primera vez en Menphis.
En 1943 fue a Hollywood, contratado por la Metro Goldwyn Mayer, para hacer la adaptación cinematográfica de una novela de éxito. Con El zoo de cristal puso en escena a su madre y a su hermana; se estrenó en Nueva York en 1945. Su éxito lo llevó a conocer, a los 34 años, una súbita celebridad. Se confirmó dos años más tarde con el éxito de Un tranvía llamado Deseo, con puesta en escena de Elia Kazan.
Tennessee se sentía muy próximo a su hermana, Rose, que quizá fue quien más influyó en él. Era una belleza delgada que pasó la mayor parte de su vida adulta en hospitales mentales.
La obra de Williams The Parade or Approaching the End of Summer, escrita cuando tenía 29 años y sobre la que siguió trabajando a lo largo de su vida, es un retrato autobiográfico de un temprano romance en Provincetown.
ARTHUR MILLER
Autor de obras emblemáticas como La muerte de un viajante y Las brujas de Salem, y ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, Arthur Miller está considerado como uno de los mejores dramaturgos del siglo XX.
supo trasladar a los escenarios el conflicto del ser humano y el espíritu crítico, arremetió contra el masificador antihumanismo estadounidense, se acercó al marxismo, para después criticarlo.
Después de debutar en Broadway con El hombre que tuvo toda la suerte del mundo, una comedia de escaso éxito comercial, pero que le proporcionó el Theatre Guild Award en 1944, curiosamente fue una novela, Focus (1945), un alegato contra el antisemitismo, la que le reportó su primer éxito.
Influido por Ibsen, Miller mostró su preocupación por la sociedad que le rodeaba y su problemática en Todos eran mis hijos (1947), donde abordó la actividad de los que se aprovechan de la guerra.
Dos años después llegaría su mayor triunfo con una denuncia del carácter ilusorio del sueño americano: La muerte de un viajante (1949), obra por la que obtuvo el Pulitzer de Teatro y, de nuevo, el premio de la Crítica de Nueva York.
En 1997, tras un largo silencio, escribió Una mujer normal, novela corta en la línea psicologista de sus últimas obras, que mereció excelentes críticas.
Elegido el mejor dramaturgo del siglo XX, según una encuesta convocada por el Royal National Theatre, en la que participaron ochocientas personas directamente relacionadas con el teatro.
En 2004 estrenó su última obra, Finishing the Picture.