LOS JÓVENES Y LAS DROGAS
Reportera Ana Sánchez
Los jóvenes beben. Beben mucho y de forma incontrolada. Cada vez son más jóvenes cuando empiecen a ir de bares. Se emborrachan todos los fines de semana y no parece importarles nada más".
Este tipo de afirmaciones se escuchan a menudo en las conversaciones entre adultos, rodeadas de un sentimiento de incomprensión hacia esa manifestacLos jóvenes beben. Beben mucho y de forma incontrolada. Cada vez son más jóvenes cuando empiecen a ir de bares. Se emborrachan todos los fines de semana y no parece importarles nada más".
Este tipo de afirmaciones se escuchan a menudo en las conversaciones entre adultos, rodeadas de un sentimiento de incomprensión hacia esa manifestaciónión.Los diversos estudios realizados en estos últimos años indican que, efectivamente, los jóvenes beben de un modo diferente al que los hacían sus padres, y que esta forma de beber preocupa por su falta de autocontrol. La edad de inicio en el hábito de beber socialmente ha ido bajando hasta situarse en los 14-16 años.
Estos mismos estudios indican que la cantidad promedio de alcohol consumida semanalmente por nuestros jóvenes está cercana a los límites que se consideran peligrosos para la salud, siendo además que este consumo se centra casi exclusivamente en los fines de semana y se hace de una manera compulsiva, muy rápidamente. Ellos mismos, en sus reflexiones, muestran su desorientación ante la falta de regulación familiar y social que perciben, en la ausencia de referencias externas que les permitan establecer sus propios límites en su conducta personal
Este tipo de afirmaciones se escuchan a menudo en las conversaciones entre adultos, rodeadas de un sentimiento de incomprensión hacia esa manifestacLos jóvenes beben. Beben mucho y de forma incontrolada. Cada vez son más jóvenes cuando empiecen a ir de bares. Se emborrachan todos los fines de semana y no parece importarles nada más".
Este tipo de afirmaciones se escuchan a menudo en las conversaciones entre adultos, rodeadas de un sentimiento de incomprensión hacia esa manifestaciónión.Los diversos estudios realizados en estos últimos años indican que, efectivamente, los jóvenes beben de un modo diferente al que los hacían sus padres, y que esta forma de beber preocupa por su falta de autocontrol. La edad de inicio en el hábito de beber socialmente ha ido bajando hasta situarse en los 14-16 años.
Estos mismos estudios indican que la cantidad promedio de alcohol consumida semanalmente por nuestros jóvenes está cercana a los límites que se consideran peligrosos para la salud, siendo además que este consumo se centra casi exclusivamente en los fines de semana y se hace de una manera compulsiva, muy rápidamente. Ellos mismos, en sus reflexiones, muestran su desorientación ante la falta de regulación familiar y social que perciben, en la ausencia de referencias externas que les permitan establecer sus propios límites en su conducta personal