Un Día En La Vida De...
AREÚSA
¿Quién Es Areúsa? Intoducción
Areúsa es una personaje de la obra literaria "LA CELESTINA". Esta obra literaria fue creada sobre el año 1499 por Fernando de Rojas.
Areúsa es una prostituta de Celestina con domicilio y clientela fija. Odia en el fondo a los hombres y a las aficionadas como Melibea; es rencorosa, envidia a Melibea y pretende que Centurio vengue la muerte de su amante, el criado de Calisto.
A continuación se representará un día en la vida de este personaje en primera persona, es decir, el día lo contara Areúsa.
¡VAMOS ALLA!
El Día:
Todos los días me levanto con un hombre al lado, un hombre que contrató mis servicios, un hombre que no amo, pero que se le va a hacer, hay que comer de una manera u otra. Bueno, me levanto, me visto y le dejo a mi cliente una nota para que abandone mi casa (una casa que esta bastante bien ya que tiene dos pisos). Mientras tanto yo me doy un pequeño paseo para despejarme y aclarar mis ideas por los campos.
Una vez que ya he vuelvo del paseo (sobre las nueve y media de la mañana), me tomo unas gachas con pan frito para saciar mi hambre.
Cuando he desayunado, me voy a casa de Celestina (anciana astuta como el diablo), que vivo bajo su dominio, para hacerle una visita, y de paso veo a mi amiga Elicia, que siempre tiene algún problema con los hombres y acude a mi ya que ella piensa que estoy más centrada y que soy muy lista.
Después de hacer estas visitar tomo rumbo al cementerio para poner unas flores sobre las tumbas de mis amantes.
Es la hora del almuerzo. Siempre me invita a comer mi mancebo ya que me paga todos mis gastos diarios. siempre comemos en la posada de Juan "El Selu" que nos pone siempre los platos llenos a rebosar, pero este día era especial, es el día de despedida ya que mi mancebo se va a la guerra.
Una vez acabada la comida y despedida de mi mancebo, siempre me dirijo hacia mi casa acicalarme un poco, vuelvo al arte de tratar a los hombres, me sirvo del disimulo y el engaño para conseguir lo que deseo porque soy una ramera mandona y de corazón duro.
Al fin llegó la noche, al fin llego la tranquilidad, al fin sola. Doy gracias a Dios porque no tengo ningún trabajo esta noche. No ceno nada, estoy tan cansada que no tengo fuerzas. me pongo mi camisón y me meto en la cama pensando que mañana será otro día, otro día exactamente igual que el que ha sido hoy...